A principios de los años 40 ya se estaba investigando una manera de poder realizar la purificación de los riñones en pacientes con distintas dolencias. Un médico holandés, Willem Johan Kolff, creó un dispositivo a partir de objetos reciclados denominado, “riñón de tambor giratorio”, empezando a ser operativo en 1945 después de varios ensayos.
En Venezuela los doctores Julián Morales Rocha y Ramón Viso Pittaluga, encomiendan a Luis Caballero Mejías para fabricar un aparato basado en el modelo de Kolff, quien conjuntamente con uno de sus profesores, Elio Rojas, de la especialidad de mecánica, lo construyen en 1948 en la Escuela Técnica Industrial.
Los galenos iniciaron las pruebas de su funcionamiento en animales, y posteriormente en humanos, en varios centros hospitalarios: Hospital Militar, Vargas y Carlos J. Bello de Caracas. En este último se siguió usando hasta el año de 1950.
Dr. Julián Morales Rocha
Dr. Ramón Viso Pittaluga
Primeros aparatos para la diálisis, algo parecido se debió construir en la ETI.
Alexander Calder fue un artista plástico estadounidense conocido por su trabajo escultórico como precursor del cinetismo e inventor del móvil (escultura colgante).
Calder visita Venezuela en el mes de agosto de 1955 aceptando una invitación que le hizo su amigo, el arquitecto Carlos Raúl Villanueva, para que expusiera sus trabajos en el Museo de Bellas Artes de Caracas.
Calder ya había hecho dos comisiones artísticas para Venezuela: una para el recién estrenado Hotel Ávila, en la zona del lobby y otra, encomendada por Villanueva en 1952 para ser ubicada en las inmediaciones de la futura Aula Magna de la Ciudad Universitaria. Mientras tanto, los ingenieros encargados del sonido del recinto, trataban de remediar la deficiencia que presentaba la estructura en ese aspecto proponiendo la instalación de paneles acústicos rectangulares; de allí surge la idea de Calder de convertir los paneles en esculturas propias. Villanueva sugiere la diversidad en los colores, en lugar de blanco y negro como había propuesto Calder en un principio. Es así como nace su obra maestra y la de mayor envergadura: The Flying Saucers (los platillos voladores), o Nubes de Calder.
Las piezas que iban a ser expuestas en el Museo de Bellas Artes fueron realizadas en los talleres de la Escuela Técnica Industrial:
“Con la ayuda de Luis Caballero Mejías, director de la escuela, él creó cinco obras de gran formato y 56 de menor formato”.
Calder- La Conquista del Espacio. Los últimos años: 1940-1976
Una de las piezas que Calder obsequió a Luis Caballero Mejías
Sarita Guardia, tuvo oportunidad de documentar ese proceso creativo como se ve en las dos imágenes anteriores. Entre los encargados del montaje estaban Miguel Arroyo y Alejandro Otero, quien aparece en una de las fotos haciendo una visita a los talleres de la ETI. (Ambas fotos pertenecen a la colección del Instituto Smithsonian).
Para mediados de los años 30 Venezuela todavía no contaba con un cuerpo de Bomberos, el país se encontraba en un estado de precariedad. Con el crecimiento de las ciudades, los materiales peligrosos se almacenaban en distintos sitios sin las apropiadas medidas de seguridad. En muchos hogares era todavía común tener sistemas de alumbrado y de cocción antiguos los que podían ocasionar por descuido o accidente incendios de considerable proporción, esto requería el rescate de heridos y fallecidos tanto en la ciudad como en el campo. Con la aparición de los nuevos medios de transporte (automóviles, motocicletas) el números de lesionados iba en aumento.
Cuando asume la presidencia el general Eleazar López Contreras, este encarga al Gobernador de Caracas, Elbano Mibelli, la organización de una comisión de estudios que se dedicaría a programar y organizar todo lo referente a la creación del cuerpo de Bomberos del Distrito Federal, mediante decreto del 24 de febrero de 1936.
Dicha comisión estaba integrada por nuevos funcionarios de gobierno y un grupo de ciudadanos. Esta se ramificó y estuvo dividida en una plana mayor, una sección técnica, una jurídica y otra médica. En la sección técnica se encontraba Luis Caballero Mejías, como se puede apreciar en el listado a continuación:
JUNTA ORGANIZADORA 1936
Don Enrique París Ambard, primer Comandante Fundador del Cuerpo de Bomberos y amigo personal de Luis Caballero Mejías
Dr. Carlos Anglade Dr. R. Chirinos Lares Sr. Enrique Paris Ambard Sr. Hernani Portocarrero Dr. Heliodoro Ocanto.
PLANA MAYOR 1937
Comandante Primer Jefe: Sr. Enrique París Ambard Mayor Secundo Jefe: Dr. Carlos Anglade Capitán Fiscal: Dr. R. Chirinos Lares Capitán Tesorero: Sr. Carlos Basalo Rodríguez Capitán Ayudante: Sr. Rufino Loscher Blanco Capitán secretario: Sr. J. J. González Gorrondona. Teniente Subsecretario: Antonio González Vidal.
Sección Técnica:
Cap. Dr. G. Pardo Soublette Cap. Amílcar Soriano Cap. David Lobo Cap. Ramón Yépez E. Cap. Alfredo Jahn Jr. Cap. Luis Caballero M.
Sección Jurídica:
Cap. Dr. Carlos Mendoza Cap. Fco. M. Mármol Cap. A. Matheus González
Sección Médica:
Cap Dr. Angel Bustillos Cap Dr J M Cervoni Cap Dr. Franz Conde Jahn Cap Dr. J. M. Ruiz R. Cap Dr. Edmundo Fernández
A continuación, se muestra el edificio donde funcionó el Cuerpo de Bomberos desde su fundación hasta 1952, estuvo situado frente a la Plaza España. Fue demolido para dar paso a la Avenida Urdaneta.
Luego de que fuera trasladado el cuartel y hecha la nueva sede inaugurada por el Presidente Raúl Leoni en 1967, estaba comenzando el proyecto del Museo del Transporte de Caracas en esa época y se planteó y luego construyó una réplica de esa primera sede bomberil en sus instalaciones.
Y para concluir, aquí se muestran algunos elementos del uniforme utilizados en esa primera generación.
Casco de uso general, el de los altos rangos era de color negro
Primeras insignias de escalafones del cuartel
Gorra de uso cotidiano
Agradeciendo al Mayor retirado Argenis Pérez, custodio del Dpto. de Acervo Cultural del Cuerpo de Bomberos del Distrito Capital, a la Licenciada Isaura Soto, de Relaciones Públicas, y al Teniente Martins Jiménez por la atención dispensada y la información gentilmente suministrada.
También a los encargados del servicio de Libros y Folletos en la Biblioteca Nacional por la atención prestada.