Un cascanueces
Simultáneamente a su carrera profesional su creatividad se hizo evidente cuando el 19 de mayo de 1942 la oficina de Patentes de Estados Unidos le adjudica la patente no. 2,283,876 por el invento conocido como “Nut Cracking Machine”. Ese mismo año se le concede en Venezuela con el nombre de “Rompedora de Nueces”, bajo el número 114B 2.

Así aparecio en el libro de patentes en los Estados Unidos





Expediente completo de la patente con grabados describiendo la maquinaria, y una explicación del mecanismo y su funcionamiento.
Masa de Maíz Deshidratada
En la Venezuela de antes de la masa de maíz deshidratada, elaborar una arepa era el procedimiento que más trabajo daba al ama de casa desde siempre. Implicaba desgranar la mazorca, ponerla a remojar y molerla con un pilón, que es un mortero de gran tamaño de madera dura, hasta que quedara lo suficientemente fina para amasarla. Este procedimiento resultaba tan tedioso que algunas familias recurrían a terceros: venta de maíz pilado, molinos o compra a particulares de arepas listas. Con nuevas técnicas se desarrollaron unos pequeños molinos de mesa manual que agilizaron bastante el trabajo, pero igualmente implicaba remojar el maíz por largo tiempo.
Siendo yo muy pequeña mi padre tuvo la inquietud de acortar el tiempo que suponía para las amas de casa la elaboración de platillos con maíz. Conociendo el procedimiento tradicional, empezó a hacer una serie de pruebas, cuyas muestras llevaba al salir del trabajo a su suegra quien era una experta cocinera. En base a los resultados obtenidos hizo las mejoras necesarias hasta dar con la fórmula que patentó, que consiste en una harina muy maleable, deshidratada, fortificada y de fácil preparación.

La patente fue otorgada por el Ministerio de Fomento bajo el Nº 5.176, el 4 de junio de 1.954., aparecido en el Boletín de Propiedad Industrial Nº 271, año XXIII, en la página 239.

Posteriormente creó la empresa LA AREPERA C.A. inscribiéndola el 25 de junio de 1956, otorgándosele el registro en el año 1957, bajo el Nº I-2064-156, para distinguir un establecimiento mercantil e industrial, dedicado a la elaboración, envasamiento, distribución, compra y venta, de toda clase de alimentos, además creó una marca comercial para la harina, registrada bajo el Nº 33508, del 7 de marzo de 1958, con el nombre de LA AREPERA.
La Arepera C.A., no tuvo el éxito que esperaba con su producto; los socios de la misma (Eduardo Antonini Moya y Omar Quintero Uzcátegui), acordaron liquidarla a mediados de 1959 y así lo manifestaron a Luis Caballero Mejías, quien se encontraba en la fase final de una penosa enfermedad, falleciendo en octubre de ese mismo año.
A principios de los años sesenta hubo una reforma en la legislación venezolana vigente mediante la cual se eliminaba la posibilidad de registrar patentes en el rubro de alimentos y bebidas


