Según me cuenta Fredy Morales, descendiente de uno de los Hermanos Álvarez, dueños de la famosa arepera de la Gran Avenida; su tío, Heriberto Álvarez en algún momento conversó con mi padre para hacer una negociación con la harina deshidratada de maíz inventada por él, pero por distintas circunstancias el negocio no se concretó. Fredy comenta que su tío le decía que si de algo se arrepentía en esta vida era de no haber hecho ese negocio con mi padre lo que habría supuesto una gran beneficio para ambos.